domingo, 13 de novembro de 2011

El Hombre que murió, pero no le gustaria ser olvidado

Por todas lãs mañanas la madre ia a lo cuarto del falecido hijo y la ventana encontravase abierta. Siempre en la misma posición, un ratito apenas, como se el sol hacese questión de adentrar allá todos los días. De veras, el espírito del gajo transitava por la casa y por muchos otros lugares (siempre), con la intención de dejar una marca para que se nunca olvidasen de ello, mismo se fuindo eternamiente.

Para algunos abria la página de uno livro, en la misma parte, y entonces estes imaginavam ser coincidências de el viento. Para otros, hacia ruídos en sus cuartos por la notche, pero solo molestavalos o les hacia perder el sueño. Una vez fue dijer “iolá!”, empujando la puerta de uno amigo, muy calmamiente, pero los resultados fueram dos meses y medio de tratamiento psiquiátrico para el pobre mortal.

Aúnque muerto, le quedavase el bueno gusto por las chicas, e les saludava con susurros en el oído. Pero desistió de la idea cuándo una de ellas empezó a distribuir mata-moscas por la casa.

Así el esforzavase para no ser olvidado. Dividia la gente en grupos, y enviava signos distintos a la cada uno de ellos, pues cuándo futuramente juntos, podrían comentar los ocurridos y encajar los factos a ello. Pero no su madre. Con esta se pasava siempe el mismo truque con la ventana.

Pero quedávase demasiado tolo. ¿Como no se recuerdavan de ello? ¿Fuera tán mála pesona así? ¿No hubiera, en el “otro lado”, uno terapeuta a quiem pudiese procurar? Sintiase lastimado. Y se acueradava da muerte de su avuelo, cuándo su tía lo dije qué su abuelo estuviera muy bien, en uno lugar mágico, sin tristezas. Agora el próprio quedávase allá, y no hay mágica nin felicidad. Hay somente acuerdos de una vida inacabada. Le gustaria encontrarse con su avuelo y le dijer los disparates qué havian le contado, sobre la “otra vida”.

Uno dia, enpenzaram a surgir cosas raras en su cuarto. Una máquina de cozer, algunas prateleras aúnque desnudas, y muchos sacos. ¿Qué se pasava? Mientras el día se dava, su mórbido cuarto desapareció, encuánto un espacio de cozer ganava vida. La única evidéncia de su pasagem por aquelle local era una foto en la pared. Formatura de ochava série. No lo creía. ¿Como su madre pudiera hacerle eso? ¿Como pudiera olvidar su segundo hijo? ¿Será por el facto de ser el de lo médio? ¿Por tener más dos a quien ofrecer cariño, ella teria el derecho de poner un papel en la pared y dicer adiós a uno hijo, sólo por qué el murió? Un gran sentimiento malo apoderávase todo su ser.

Después de todo eso, y también por casi causar un enfarto de su sobriño, qué hiciera compleaños naquello día, saludandole con las manos, decidió desistir daquella tarefa. Le gustaria aprovechar su nueva vida. Conoceria el alén, su julgamiento, la posibilidad de reencarnarse, conocer anjeles, diablos, almas interesántes, Diós! Le gustaria ver sus avuelos, bisavuelos, tataravuelos, toda su árbol genealógica, ¿por qué no? Afinal de cuentas, iello tiene toda la eternidad para eso!

Concluió ser lo mejor a hacer. Y se concientizó del facto de los otros no lo se olvidaren de ello, pero tenían sus vidas para cuidar. Tenían qué trabajar para se alimentar e trajer, para no hecharen como elle. Para tanto hay las misas de séptimo día, uno mes, uno año, compleaños y fotografias también. Entonces los dejaria en paz, y contento con todos ellos. Uno día los viria denuevo.

Dió um beso de buenas noches en su madre. Prometió quedarse siempre por pierto. Se fue.

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